A lo largo de mi vida he coincidido con mujeres admirables, que son líderes en lo que hacen. Y es que es bien sabido que su presencia en cualquier espacio implica una suma de valores positivos, donde con sus acciones logran impulsar a otros para obtener un bienestar compartido.
Pero ¿por qué las mujeres son líderes naturales? Hay que recordar que a lo largo de la historia se han vuelto expertas en manejo de crisis y en adaptarse a los cambios, pues fueron y siguen siendo capaces de resolver situaciones complejas, teniendo la capacidad de ejercer poder político, autoridad moral y control de las decisiones. De esta forma las mujeres líderes en la historia han logrado impulsar a familias, empresas, negocios y hasta a países enteros.
Todos podemos tener un objetivo diferente, pero cuando se trata de liderazgo el fin será el mismo, cumplirlo. En el caso del liderazgo femenino, las mujeres comparten 4 características clave que les han permitido guiar a otros para alcanzar propósitos específicos:
Actitud de inclusión
Se caracteriza por tener la capacidad de empatizar con el equipo a dirigir. Teniendo claro que crear un ambiente de vitalidad juega un papel importante en la ecuación del éxito, es por eso que escucha e incentiva la participación de todos.
Multitask
Sabe que puede controlar sus propios resultados, por lo tanto, piensa y actúa en diversas direcciones. Teniendo el poder de afrontar diferentes situaciones al mismo tiempo, con el objetivo de minimizar los riesgos.
Negociación a lo alto
No se limita, siempre piensa en lograr algo grande. Llevando por delante la filosofía de ganar-ganar al momento de dialogar para obtener beneficios.
Productividad
La buena administración del tiempo le otorga la ventaja de ejecutar los detalles sin dejarlos para último momento. Mejorando el resultado final.
Si bien ser liderar pareciera una capacidad innata de las mujeres, se requiere tener la iniciativa para potenciar las características antes mencionadas. Transformarte en una guía para otros, es posible, pero antes debes asumir tu control, confiar en ti y enfocar tus pensamientos al propósito que deseas alcanzar. Recuerda que el camino logra verse más despejado en cuanto asumes que la líder de tu vida eres tú.